viernes, 28 de febrero de 2014

Los pájaros


hay muchos están volando
hay viento
dos o tres árboles
la cosa verde 
la cosa celeste
y el sol amarillo
/que me incendia despacito para no quemarme/

hay muchos están volando

los pájaros
están en la tierra
para que los miremos
volar 

***

MAREO 1,2





***

jueves, 27 de febrero de 2014

MAREO


Tortícolis


Veo personas en miniatura
caminando alrededor del futuro
y siento la adrenalina. La emergencia. Caminan
sobre la piel de mi cuello. Me veo alrededor mío
y no quiero dejar de protestar.

Celébritis suena a pis y a inglés mal 
pronunciado.
Tortícolis suena a tortilla y
a esa materia indefinida, 
como las cosas,
como las personas y la moral,
que nos
roban el aire.


***

miércoles, 26 de febrero de 2014

Judy and the dream of horses



Judy wrote the saddest song
She showed it to a boy in school today
Judy, where did you go wrong?
You used to make me smile when I was down
Judy was a teenage rebel
She did it with a boy when she was young
She gave herself to books and learning
She gave herself to being number one
Judy, I don't know you if you're gonna show me everything
Judy, I don't know you if you're gonna show me everything
Judy got a book at school
She went under the cover with her torch
She fell asleep till it was morning

She dreamt about the girl who stole a horse
Judy never felt so good except when she was sleeping
Judy never felt so good except when she was sleeping
Judy, let's go for a walk
We can kiss and do whatever you want
But you will be disappointed
You will fall asleep with ants in your pants

Judy, you're just trying to find and keep the dream of horses
And the song she wrote was Judy and the Dream of Horses
Dream of Horses
Dream of Horses
You dream of horses
The best looking boys are taken
The best looking girls are staying inside
So Judy, where does that leave you?
Walking the street from morning to night
With a star upon your shoulder lighting up the path that you walk
With a parrot on your shoulder, saying everything when you talk
If you're ever feeling blue
Then write another song about your dream of horses
Write a song about your dream of horses

Call it Judy And The Dream Of Horses
Call it Judy And The Dream Of Horses
You dream of horses
Lararamba
You dream of horses
Lararamba
You dream of horses
Lararamba
You dream of horses

B&S
***

descubrir incubus descubririn cubus





***

(ahí en el medio está todo)

Mariela Laudecina



Mi abuela estira el mantel de hule
con flores y pájaros
tomo yerbeado con pan y manteca
Guardo migas para el colibrí
atrapado debajo de la taza.



Mariela Laudecina
Perfume de Jarilla, Llantodemudo, 2013

***

martes, 25 de febrero de 2014

Ludovico es amorfo como yo


(...) Muchas veces había ya jugado con las imágenes de lo venidero y había entrevisto en mis ensueños los destinos que me estaban reservados, como poeta acaso, o tal vez como profeta, como pintor, en fin, como quién sabe qué. Todo esto era un error, yo no estaba en el mundo para versificar, perorar o pintar; ni mi existencia ni la de nadie tenían esas finalidades, ya que tales cosas eran secundarias. El verdadero oficio de cada cual era, exclusivamente, llegar hasta sí. 
(...) Yo era un impulso de la naturaleza, dirigido acaso hacia lo incierto o lo nuevo, tal vez hacia nada; mi vocación estricta era dejar actuar aquel impulso, nacido de la esencia primordial, dejar sentir en mí su voluntad y hacerlo mío por completo. En esto exclusivamente debía consistir mi profesión humana. 


H. Hesse, Demian

***

Desaparición de un día del calendario *



1


Círculo perfecto de córneas y matices en un despertar único-centro inminente en mi voz. Voz apagada y estridente.
Prevenir la aparición de un momento que suplanta a otro que suplanta a una palabra en una boca, en una definición, en una persona que no es otra que ésa suplantando un momento.
Llorar de pánico en blanco y negro; a veces siento que nace un color azul pero lo descarto muy rápido. Llorar. Congelar los instantes previos con soplos de aire que entran y salen de mi cuerpo; con agua roja que brota del suelo y salpica el nacimiento de una oportunidad. De toda oportunidad. Me aterra, me subordina a un juego de posibilidades (al humo lúcido de rostros borrosos que no son porque otros fueron o van a ser).



2


apretarlo con fuerza
hasta hacer estallar
esa mirada estúpida y radioactiva

hasta volverla verde y roja
con puertas deshabitadas
ojos verdes, radioactivos y rojos

con fuerza no me llevó más que un segundo


3


salpico el charco y contraigo con las manos la estalactita del presente eternamente incierto

del continuo futuro inmediato



4


morir con la seguridad de ser aquel ser anterior a mí





* febrero de 2013
***

Amarillo



Voy a volver a juntar las figuritas
pero ésta vez no voy a cambiar el álbum
por la pelota
quiero tener al menos un RECUERDO palpable de
mis años más felices
cuando todo era AZUL
cuando todo era INCIERTO
el universo estaba mis pies, la gente era tan buena
yo los quería
era tan ESTÚPIDO FELIZ

voy a cantarte una canción de AMOR
para dejarte en claro que
SOY como el aire que sale de las tempestades
IMPOSIBLE de respirar

amarillo como el pis
como el AGUA con colorante
amarillo como el sol
de jardín de infantes.

Voy a saltar como el pez en el mar
y hacer las cosas mal muy MAL
muy mal
dejar la puerta sin cerrar
irme del restaurante sin pagar y
darle un cheque en blanco
a quien solo espere de mí una sonrisa
un beso
una flor
el MUNDO más perfecto existe adentro del corazón
sólo nos salva el viento

voy a cantarte una canción de amor
para dejarte en claro que
SOY COMO EL AIRE QUE SALE DE LAS TEMPESTADES
IMPOSIBLE DE RESPIRAR

amarillo como el pis
como el AGUA con colorante
amarillo como el sol
de jardín de infantes.


Juanito el cantor

***

lunes, 24 de febrero de 2014

Literatura y eso más


"Afortunadamente, comprendí que la tipografía es un ente vivo. Es algo que crece como una planta. Prefiero que los lectores sientan que viajan a través de un bosque y no a través de un desierto de formas concretas y estructuradas."


Adrián Frutiger

***
(aplicable a la narrativa, a la poesía, a todo lo del medio, a todo lo de los costados) 




The art(e) of romance




***



: abajo de las cortinas de 
mi cuarto
se asoman unas manchas
negras,
son las garras del monstruo o
las sobras de mi alma,
sea lo que sea
charlamos todas las noches,
me cuenta anécdotas de su
vida y sus amores
en el universo de al lado :


***

domingo, 23 de febrero de 2014

Autopsias en las autopistas III



***

Los veo alejarse. Caminan despacio, se difuminan y se vuelven a armar, como si fueran hologramas que llegan desde otro tiempo. Atraviesan la niebla. Siguen caminando y no sé a dónde van. Ya no puedo seguir mirando sin preguntar. Les quiero hablar. Pero no quiero romper el silencio. El silencio que se esparce como miles de cristales de hielo, estalactitas de no-ruido que nos rodean, protegiendonós del afuera peligroso. El puente está viejo, oxidado, y las maderas suenan cada vez que el grupo las pisa. Suenan como avisándome algo que no sé entender.
Entonces necesito hacer algo con las manos, abandonar la quietud y moverme. Sentir el cuerpo metiendosé en el centro del movimiento, el cuerpo llegando al centro de la tierra, el cuerpo renaciendo como un volcán, lavándome, llenándome de lava.
Empiezo a pisar el primer pedazo del puente. Pongo un pie en la madera de adelante, la vanguardia. Nada. No pasa nada más que las fuerzas de la física haciéndose lucir: la lucha, mi cuerpo y la gravedad, yo contra el vacío que empuja todo. Siento adentro cómo empiezo a inventar lugares. Todo pasa en el fondo de mi mente, todo empieza a salir, por mis ojos, por mis poros, por mis órganos que empujan la luz de lo que está por nacer. De lo que estoy por parir. Los lugares nuevos (mundos que no quiero abandonar nunca) flotan sobre una luminosidad cegadora pero borrosa. Es como una niebla (una distinta) yéndose de mí. Yo la expulso y me abrigo.
Camino. Avanzo, corro, corro rápido absorbiendo la velocidad de mi piel. Los quiero alcanzar. Quiero ver qué son. Entonces llego y los miro. Estamos al lado, los veo de cerca y ellos me miran, me notan, saben que estoy y saben que quiero preguntarles. Hay chicas y chicos, son adolescentes, lindos y caminan uno al lado del otro. No son de esta época, estilo rockero del ochenta y algo. Miran hacia adelante agarrados de las manos. Todos. De vez en cuando alguno me mira y me guiña un ojo, alguna que otra chica me sonríe y yo la miro. Suena Real around the fountain. Yo los miro. Ellos se ríen, todos, se agarran de las manos y caminan. No dejan de caminar. Entonces otra vez la lava saliendo del centro de la tierra para atravesarme y lavarme de movimiento, y yo moviéndome. Los paso y me paro adelante como intentando detenerlos y que sepan que quiero que paren y que yo sepa que ellos van a parar porque yo me paro adelante de ellos, en la mitad del puente. Es de noche y la sustancia negra que baña el aire se salpica con los globitos de luces y faroles redondos. Arriba: otros globos, los blancos, las estrellas.
Entonces frenan y parecen de verdad. Creo creer que puedo tocarlos, y es más, creo que puedo tocarlos y que cuando los toque no los voy a atravesar, no voy a estar rompiendo un holograma del pasado si no que, los voy a estar tocando, voy a estar tocando personas del pasado (el pasado que va a estar o está siendo del presente).
Éste no es mi tiempo. Los reconozco. ¿Los reconozco? Me miran como recordandomé. Estoy parada en el medio del puente. Estoy parada en el medio del puente interviniendo su camino. No los dejo pasar. No los quiero dejar pasar porque les quiero preguntar, los quiero tocar, quiero saber por qué ellos, ahora, son mi tiempo. Los toco. Los toqué y es verdad (era verdad) puedo tocarlos sin traspasarlos. Y las grietas se van y ellos están enteros, para mí. Raro. Siguen viendosé en hologramas (suavecitos) pero puedo tocarlos y comprobar que son más duros que mi propia piel. No escapa la posibilidad de que eso signifique la muerte.
Elijo a uno de los primeros chicos. Pelo negro, piel pálida casi de vampiro, ojos verdes. Yo estoy parada en frente de ellos, tres metros, más o menos. La distancia me da seguridad. Seguridad que cuando me acerque se va a caer; y yo me voy a caer adentro de mí misma como si nunca hubiera tenido nada de carne que me sostuviera adentro. Avanzo los pasos que nos separan, levanto un brazo, abro la mano y agarro su brazo. Duro, piedra, (creo que me excito). Entonces el rocker ochentoso me sonríe una sonrisa chica, y yo junto voz y les digo:

– ¿Qué son? –.
– Personas, como vos. Somos un grupo de personas cruzando un puente –.
– Sí, pero... ¿están acá? –.
– Hay muchos acá, pero sí, estamos, en algún acá estamos –.
– No se vayan. Llevenmé –.



***

sábado, 22 de febrero de 2014

Azul




1993
Kieslowsky
Trois couleurs: Bleu


(ectoplasma azul, la muerte nos alcanza, siempre:
un árbol en medio de la nada)
***


Pelotas de nieve - La vida moderna de Rocko









mirar dibujitos también es 
filosofía, 
también es ir al centro de todo (ese que tiene la lava invisible)
para dejar de ser 
para arrugar y agujerear 
lo que llaman realidad

(A. A.)
***

SOY UNA CHICA ATORMENTADA QUE BUSCA PAZ ESPIRITUAL




floto
como el pelo de mi gato
que se esparce por el mantel
la ola
la gran ola
los recuerdos que se lleva el agua
así debe ser la muerte
pienso
pero en realidad todo está levantándose cortándose
de mí
las personas y las palabras que guardé en la caja
en la ola
vuelan como los pelos de mi gato
que ya no sé
viajo al sur voy al recuerdo
me clavo bien bien adentro de mi propia
mente y me pierdo para siempre
sin retorno
soy mi aparato del eterno resplandor
como Joel como Clementine
me borro mi propia cara me borro los brazos
y el alma
quedo hecha una niebla borrosa que solo sabe gritar su nombre
gritarlo tan fuerte hasta olvidarlo
y borrar su propia cara
y borrar sus propios brazos el alma
voy hacia el sur y floto como los pelos de mi gato
me esparzo en el mantel y nado en la ola
no tengo recuerdos
no tengo familia
no tengo nombre ni identidad ni voz
así debe ser la muerte
pienso
así debe ser el agua
así de liviana
así de olvidadiza
colores que se superponen
en la mente clavada
muy adentro
así debe ser la muerte

***

viernes, 21 de febrero de 2014

Hesse



Pero ¡yo solo intentaba convertir en vida aquello que quería brotar espontáneamente de mí! ¿Por qué tenía que chocar con tantas dificultades? 


***

jueves, 20 de febrero de 2014

Kyubey es un disco de Bill Evans












hermosa foto y diseño de Fernanda 


chancho naranja
*** 

waiting underground



TERRAZA


Me encanta empezar los poemas
con la palabra ESTAMOS
con la idea de estar en ningún lugar
en ningún lugar donde
en las fotos las personas se confunden
con los globitos que hace la luz en el lente,
con los banderines las ideas las caras superpuestas
los cuerpos flotantes
los visitantes de la juventud.
Ahí donde todos somos
las zapatillas rotas del amigo de al lado.
ESTAMOS
en algún lugar
que sabemos no pertenece a nada ni nadie.

ESTAMOS
en lo más alto del edificio y vemos cómo
los techos de las casas
son un pedacito de la continuación del espacio,
vemos cómo se abren entre los humanos
y el misterio
del cielo inabarcable.
ESTAMOS
en una nube de humo, cerveza y música
queremos tenerlo, al hoy, para siempre
por eso nos abrazamos hasta
el fondo de nuestras habitaciones,
nos abrazamos hasta el último pedacito
de este montón de nada que llevamos
adentro.

Me gusta terminar los poemas
con una imagen en mi cabeza
ésta es la de la terraza que va a durar para siempre,
porque
para no perder
nuestro cachito de alma
no hay que crecer
ni abandonar
la terraza,
el lugar del medio.


***

miércoles, 19 de febrero de 2014

Si esto es un hombre, Primo Levi



Esas cosas me dijo Sateinlauf, hombre de buena voluntad, cosas extrañas para mi oído desacostumbrado, entendidas y aceptadas sólo en parte, y mitigadas por una doctrina más fácil, dúctil y blanda, la que hace siglos que se respira más acá de los Alpes y según la cual, entre otras cosas, no hay vanidad mayor que esforzarse en tragarse enteros los sistemas morales elaborados por los demás, bajo otros cielos. No, la prudencia y la virtud de Steinlauf, ciertamente buenas para él, no me bastan. Frente a ese complicado mundo inferior mis ideas están confusas: ¿será realmente necesario establecer un sistema y practicarlo? ¿No será más saludable tomar conciencia de no tener sistema?

***

martes, 18 de febrero de 2014






exceso



no es como si las cosas
giraran
ni como si se nos fueran borrando
los miembros
el pelo
el roce de nuestros cuerpos desnudos
como si toda nuestra cara se fuera difuminando

si las cosas giraran (pienso en ese momento)
yo estaría más quieta
o no sería mi cuerpo la débil
sustancia transparente que empieza
a tomar el color de los faroles
entonces en ese momento (pienso)
giran
las cosas
las escaleras del Parque Sarmiento
giran dos o tres autos inmersos
tapados difuminados
en una nube de humo marrón que gira
y el piso toma el color del cielo porque
éste gira y gira con fuerza
mientras yo me aspiro a mí misma
el alma
aunque no sepa si existe

no es como si girara,
pero la noche se pone boca abajo
boca de sexo
boca de colores
boca de sustancias que giran,
(sospecho) no es como si girara
pero estoy segura
de que las noches como ésta
mi cuerpo no deja de moverse
hasta absorberse a sí mismo
de una sola vez

***

lunes, 17 de febrero de 2014

¿Quién le dijo a Superman que se fuera?



Intento averiguar cuál fue la primera persona que pensó que los cementerios parque son mejores que los otros, los grises, llenos de telarañas, olor a hueso viejo y a nostalgia enterrada. Qué resuelve que el cementerio parezca un parque. Qué cambian las flores de colores y el césped sembrado por alguna empresa multinacional con productos cancerígenos. Los muertos no dejan de ser muertos y los vivos no dejan de estar del otro lado de esa misteriosa y débil línea de entrada y salida de aire (absorción del alma propia) que nos convierte en seres terrestres. Extra. Terrestres.
La respiración es la absorción de nuestra alma. Es, también, algún tipo de muerte que la sociedad no se atreve a aceptar. Intento averiguar cuál fue la primera persona que tuvo un orgasmo. Aunque no existan primeras personas ni pirámides jerárquicas ni cuerpos ni Cementerios Parque que resuelvan algo (al contrario de los orgasmos). Aunque nada de eso exista, insistimos en la construcción de convicciones (que muchos no tenemos). Superman se fue, la krytonita, el paraíso perdido, Demian, Superman. 
Intento averiguar cuál fue la primera vez que vi un árbol mientras Raquel busca conexiones entre las primeras horas de los domingos del mes. Raquel y yo nos cebamos mate alternadamente, charlamos en la terraza mientras los domingos corren, a veces hacemos algún ruido raro (intruso) al reírnos. Las horas de los domingos esconden la ley del secreto universal, que no vamos a revelar. 


***

domingo, 16 de febrero de 2014

cosquillas


sonrío

sonrío

sonrío


***

sábado, 15 de febrero de 2014

Le estoy pensando un nombre




Yo no sé tocar ningún instrumento, todavía no terminé de ahorrar para el teclado y nunca me compré la guitarra. Yo no sé (todavía) tocar ningún instrumento pero tengo pensado los títulos para las primeras canciones que voy a componer. Todas van a tener su paisaje de fondo. Van a ser películas.
Recién, una hormiga se metió en mi taza de café, cuando la encontré la saqué para que no muriera o para verla morir. La hormiga se movía eléctricamente, se quebraba las vértebras de adentro para afuera. Se movía. Se retorcía quién sabe por dolor o desesperación. No sé si las hormigas tienen alguna forma de lo que los humanos nos apropiamos (la consciencia) altaneramente. No sé si ella sabía que estaba muriéndose pero no pude dejar de verla. Ya pasaron veinte minutos y se sigue quebrando. Una de mis canciones va a llevar su nombre.
Cuánto tiempo tardaré yo entre el momento exacto de mi muerte y el momento exacto en que tome conciencia de que empiezo a morir. 


***

Marguerite Duras

*

Todo escribe a nuestro alrededor, eso es lo que hay que llegar a percibir; todo escribe, la mosca, la mosca escribe, en las paredes, la mosca escribió mucho a la luz de la sala, reflejada por el estanque. La escritura de la mosca podría llenar una página entera. Entonces sería una escritura. Desde el momento en que podría ser una escritura, ya lo es. Un día, quizás, a lo largo de los siglos venideros, se leería esa escritura, también sería descifrada, traducida. Y la inmensidad de un poema legible se desplegaría en el cielo. Pero, pese a todo, en algún lugar del mundo se escriben libros. Todo el mundo los escribe. Lo creo. Estoy segura de que así es. Que para Blanchot, por ejemplo, así es. La locura da vueltas a su alrededor. La locura también es la muerte.


[ Marguerite Duras, Écrire ]


Lire tout autour de nous, c'est ce que nous devons arriver à percevoir, toutes les écritures, volez, volez feuille, sur les murs, la mouche a écrit beaucoup la lumière ambiante réfléchie par l'étang. Rédaction mouche pourrait remplir une page entière. Ensuite, il serait d'un script. Dès l'instant où il pourrait être un script, il l'est déjà. Un jour, peut-être, au cours des siècles à venir, ce script va lire, serait également déchiffré, traduit. Et l'immensité d'un poème lisible déployé dans le ciel. Mais, néanmoins, quelque part dans les livres du monde sont écrites. Tout le monde écrit. Je le crois. Je suis sûr qu'il est. C'est pour Blanchot, par exemple, c'est vrai. Insanity tourne autour. Madness est également mort.
  

*


Frases cliché ciertas



la vida es una mierda
y otras cosas más

***

jueves, 13 de febrero de 2014

Magnetismo o ectoplasma



la felicidad se puede resumir en:
leer Demian escuchando a Patti

también,
lo mismo,

puede esconder nuestras tristeza
cueva perfecta de lo que queremos callar
o gritar sobre la piel

digo esto
con el alma llena resumida en:
leer Demian escuchando a Patti:

la lluvia es lo que sigue,
mientras los lugares inmensos
no dejen de expandirse

***

Cuando Genaro llora



Cada vez que se acuerda
lo vuelve a pensar
le da vueltas
y lo entiende
lo vuelve a entender
por trigésima vez,
entonces sabe que todo se va transformar
que de repente va a aparecer
en un desierto
en el medio de la arena interminable
y salada donde ahora
se mueve con lentitud.
Retrasado por la somnolencia de la desolación
desolado
desconsolado
se sienta,
de a poco,
y cuando llega al piso
agarra la pala que tiene,
no sabe cómo,
en la mano izquierda
y empieza a cavar los pocitos
miles
y miles
de pozos.
Va a cavar durante lo que él
considera un tiempo infinito,
hasta que se despierte
y vuelva
y vuelva a volver por trigésima vez
sin entender nada de lo que pasa
y se prepare un café y se siente
y mire la ventana.
Toda la casa es otra vez una casa la casa
y él es él, otra vez,
hasta la próxima
hasta que entienda y vuelva a desentender,
porque los duelos son así
no se cierran
y duelen
y duelen
de a ratos. 


***

Juguemos en el bosque



 Miles de linternas de colores
giran alrededor nuestro
yo agarro una
y te la acerco
y te alumbro:
Entonces las linternas gritan
mientras nosotros corremos
en el medio del bosque
Y arriba de las hojas,
desnudos,
nos escondemos de las sombras.


***




miércoles, 12 de febrero de 2014

Nihilismo y linternas colorinches






* dilema existencial, típico
* pozo de escepticismo semanal, la vida nos choca: café (o lluvia)
* linternas.


***

martes, 11 de febrero de 2014

Fuego



mi cuerpo que se desarma tratando
de entender mi cuerpo que se desarma  
tratando de entender
mi cuerpo que se desarma tratando de entender

    cómo hago para sacar lo que ya se prendió
    
el fuego se aferra a mi cuerpo todo mi cuerpo 
se incendia tratando de entender

qué sos
por qué te llevás mi fuego 


***

Y.K.: La langosta y el grillo (Batta to suzumushi)



Caminaba a lo largo del muro con techo de tejas de la universidad, cuando decidí cambiar de rumbo y marchar hacia el edificio de la facultad. Al cruzar la verja blanca que rodea el patio, desde un oscuro conjunto de arbustos, bajo unos cerezos que ya estaban negros, me llegó el canto de un insecto. Aminoré la marcha y presté atención a ese sonido, sin ganas de desprenderme de él, tanto que giré sobre mi derecha para no abandonar del todo el patio. Al volverme hacia la izquierda, vi que la verja se abría hacia un terraplén con naranjos y, al aproximarme a ese rincón, se me escapó una exclamación de sorpresa. Mis ojos, brillantes de curiosidad, descubrieron lo que se les revelaba y me apresuré con pasos ágiles. 

En el fondo del terraplén se mecía un racimo de hermosas linternas multicolores, como las que se ven en los festivales de remotas aldeas campesinas. Sin necesidad de más datos, me di cuenta de que se trataba de un grupo de niños participando de una cacería de insectos en medio de los arbustos. Eran como veinte linternas. No solo las había carmesíes, rosas, violetas, verdes, celestes y amarillas, sino que alguna hasta brillaba con cinco colores al mismo tiempo. También había algunas rojas, de forma cuadrada, compradas en algún negocio. Pero la mayoría eran unas cuadradas y muy bellas que los propios niños habían fabricado con mucho amor y dedicación. Las linternas que se balanceaban, el grupo de niños en esa solitaria colina, ¿no componían acaso una escena digna de un cuento de hadas? 

Cierta noche, uno de los niños de la vecindad había oído el canto de un insecto en esa colina. Se compró una linterna roja y volvió a la noche siguiente para buscarlo. A la siguiente, se le unió otro. Este nuevo compañero no podía comprarse una linterna, así que hizo cortes en el frente y la parte posterior de un cartón y, empapelándolo, colocó una vela en la base y le ató una cuerda en la parte superior. El grupo creció a cinco, y en seguida a siete. Aprendieron a colorear el papel que tensaban sobre el cartón ya cortado, y a dibujar sobre él. Luego estos sabios niños artistas, cortando de hojas de papel formas como redondeles, triángulos y rombos, y coloreando cada ventanita de un modo distinto, con círculos y diamantes rojos y verdes, lograron un diseño decorativo propio y completo. El niño de la linterna roja pronto la descartó por ser un objeto sin gusto que se podía comprar en cualquier negocio. El que se había fabricado la suya la desecho porque juzgó su diseño demasiado simple. Lo ideado la noche anterior resultaba insatisfactorio a la mañana siguiente. Cada día, con tarjetas, papel, pinceles, tijeras, navajas y cola, los niños hacían nuevas linternas que surgían de su mente y su corazón. ¡Mira la mía! ¡Que sea la más bella! Y cada noche salían a su cacería de insectos. Eran los niños y sus lindas linternas lo que estaba viendo ante mí. 

Extasiado, me quedé dejando correr el tiempo. Las linternas cuadradas no solo tenían diseños pasados de moda y formas de flores, sino que los nombres de los niños que las habían construido estaban calados en caracteres rectos de silabario. A diferencia de los pintados sobre las linternas rojas, otras (hechas con cartulina gruesa recortada) llevaban sus dibujos sobre el papel que cubría las ventanitas, de modo que la luz de la vela parecía emanar de la forma y el color del dibujo. Las linternas resaltaban las sombras de los arbustos. Y los niños se acuclillaban ansiosos en esa colina dondequiera que oyeran el canto de un insecto. 
—¿Alguien quiere una langosta? 
Un chico, que había estado escudriñando un arbusto a unos tres metros de los otros, se irguió de improviso para gritar esa frase. 
—Sí, dámela. 
Seis o siete niños se le acercaron corriendo. Se amontonaron detrás del que la había hallado, intentando espiar dentro de la mata de plantas. Restregándose las manos y estirando los brazos, el muchacho se quedó de pie, como custodiando el arbusto donde estaba el insecto. Balanceando la linterna con la mano derecha, volvió a convocar a los otros niños. 
—¿Nadie quiere una langosta? ¡Una langosta! 
—Yo la quiero. 
Cuatro o cinco chicos más llegaron corriendo. Parecía que nadie podría haber cazado un insecto más precioso que una langosta. El muchacho gritó por tercera vez. 
—¿Nadie más quiere una langosta? 
Otros dos o tres se aproximaron. 
—Sí, yo la quiero. 
Era una niña, que se ubicó justo a espaldas del chico que había encontrado el insecto. Dándose vuelta graciosamente, éste se inclinó hacia ella. Pasó la linterna a su mano izquierda y metió la derecha en el arbusto. 
—Es una langosta. 
—Sí, la quiero tener. 
El chico se puso de pie de un salto. Como si dijera “aquí lo tienes”, extendió el puño que aferraba el insecto hacia la niña. Ella, deslizando su muñeca izquierda bajo la cuerda de la linterna, envolvió con sus dos manos el puño del muchacho. El abrió con presteza su puño. Y el insecto quedó atrapado entre el pulgar y el índice de la niña. 
—Oh, no es una langosta sino un grillo. 
Los ojos de la niña brillaron al mirar al pequeño insecto castaño. 
—Un grillo, un grillo. 
Clavando su inteligente y brillante mirada en el chico, la jovencita abrió la jaulita que llevaba a un costado y depositó en ella al grillo. 
—Es un grillo. 
—Oh, sí, es un grillo —murmuró el chico que lo había capturado. Sostuvo la jaulita a la altura de sus ojos y observó el interior. A la luz de su bella linterna multicolor, también sostenida a la misma altura, observó el rostro de la niña. 
Oh, pensé, y tuve envidia del chico, y me sentí cohibido. ¡Qué tonto había sido yo al no comprender su acción! Y contuve la respiración. Había algo sobre el pecho de la niña, algo de lo que ni el niño que le había dado el grillo, ni ella que lo había aceptado, ni los niños que observaban se habían percatado. 

¿Acaso en la débil luz verdosa que caía sobre el pecho de la niña, no se leía claramente el nombre “Fujio”? La linterna del chico, que colgaba al lado de la jaulita de la niña, inscribía su nombre, grabado con navaja en la verde apertura empapelada, sobre el blanco kimono de algodón de ella. La linterna de la niña, que pendía blandamente en su muñeca, no proyectaba su inscripción con tanta claridad, pero era posible distinguir, en una temblorosa mancha roja sobre la cintura del muchacho, el nombre “Kikoyo”. De este azaroso juego entre el rojo y el verde —fuera azar o juego— ni Fujio ni Kikoyo estaban enterados. 
Incluso si por siempre recordaran que Fujio le había dado el grillo y que Kikoyo lo había aceptado, ni siquiera en sueños llegarían a saber que sus nombres habían quedado inscriptos: en verde sobre el pecho de Kikoyo, en rojo en la cintura de Fujio. 

¡Fujio! Cuando ya te hayas convertido en un hombre, ríe con placer ante el deleite de la muchacha, a quien le han dicho que se trata de una langosta, y recibe un grillo; y ríe también con cariño de su desilusión al recibir una langosta cuando le habían prometido un grillo. 
Aun si tienes la astucia de buscar solo en un arbusto, alejado de los otros niños, debes saber que no abundan los grillos en el mundo. Probablemente encuentres una muchacha parecida a una langosta a quien veas como un grillo.
Aunque al final, a tu enturbiado y ofendido corazón hasta un verdadero grillo le parecerá una langosta. Y si llegara ese día, cuando te parezca que en el mundo solo abundan las langostas, me apenará que no puedas recordar el juego de las luces de esta noche, cuando tu nombre por efecto de tu bella linterna se ha inscripto en verde sobre el pecho de una jovencita.




[Yasunari Kawabata, Historias en la palma de la mano]

lunes, 10 de febrero de 2014

La vida se nos caga de risa



dos chistes finales de la vida:

* se nos comen los gusanos, al final
* al final, se nos comen los gusanos


***

domingo, 9 de febrero de 2014

Sustancia fantasmal



Ya no puedo ser ésta
por haberme mostrado tanto
porque todos me conocen
y creen poder predecirme.
Ya no puedo ser ésta
tengo que
estar lejos de casa
de mi país
lejos,
lejos.
Es loco pensar
que en algún lugar estoy yo,
naciendo. 



***

dibujame un cordero




Autopsias en las autopistas II

***


Rebeca está semi acostada en la cama de su habitación. Está semi despierta y semi viva. Como si todo su alrededor fuera la mitad de su cuerpo o la mitad de la palabra cuasi monosílaba ‘semi’. Rebeca tiene la mitad de su cuerpo tirado en su cama y la otra mitad corre lejos (bien atrás) buscando alguna palabra para reemplazarse. Rebeca mira un mosquito que se apoya en una funda de computadora. El insecto se pasea desde hace cinco minutos (y noventa y cinco millones de años) sin acercarse a ella. No la pica, no la mira, no le habla. Rebeca nunca había visto un mosquito desde tan cerca y por primera vez (Rebeca) le concede el derecho, que siempre tuvo, de seguir viviendo. Incluso picándola. 


***

jueves, 6 de febrero de 2014

guarida



espacio personal
encontrar cosas olvidadas
Rusia también )





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Úrsula


Sábado cinco de la mañana.
El cuerpo pesa diez veces más
no puedo levantar la cabeza
ni mover las manos.
Quién fue el puto que permitió que armara
otra caja más, con otro rótulo,
si no las vacío rápido
uno de estos días
caigo.

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miércoles, 5 de febrero de 2014

Cucurucho


Como ya crecí
y no me dejan volver
a chorrearme el helado de frutilla
y chocolate
voy a empezar a contar
las baldosas de mi casa,
les voy a dibujar una frontera con fibrón
negro:
de un lado la llovizna,
del otro los samuráis.
Desde el piso
voy a comer las gotitas de helado
que no van a dejarse sostener,

a todos nos rebalsa el agua. 


mnm

Fundamentación de la existencia de la memoria de nosotros mismos



Cuando lloramos perdemos peso
y
la débil fuerza de la luz
que se escapa de a cachitos
por  todos los orificios
de nuestro cuerpo
quiere solamente una cosa:

ser empujada por las lágrimas
volver al punto de partida
quebrar el esqueleto
y hacerse chiquitita
hasta caber de nuevo
en el puño de
una nave espacial. 


mnm