lunes, 22 de abril de 2013

La ventana y la cosa


Quiero escribir 
una sonrisa.
Quiero un azul prendido
entre mis humos.


Quiero dejar los mientras 
y empezar a
empezar. 


Quiero estar siendo,
 mientras soy
     (mientras, otra vez,
     siempre son los 'mientras').


Quiero dejar la pena
      (pena eterna
      del tiempo;
      penar las cosas).


¿Cómo hacer para inscribirme?


Quiero una cosa
multi-sabor;
quiero un color (dolor).
Quiero escribir un color. 


(Mátame de amor. Ámame de muerte)



m n m 

Lo eleva un sonido


Te toco con undedo
que es acero
o es dedo 
o es tocar de,
con.


quées eso 
que es 
lo que es,
y no sé.


Hay algo quees 
adentro mío.


algo quees 
mientras estoy
siendo.


Algo quese expande 
hacia atrás
(y mi cuerpo avanza).
         Estallo por ser jalada
         en dos direcciones. 


estoysiendo.
¿estar siendo?


Qué es lo queab sorbes 
        (porque absorbes) 
y chupas otras brasas
que no se apagan. 


no ceden
y yo cedo.


Y (yo)sé-do
(no)sé-dó-nde
¿dónde caer?


hay un hueco ne gro;
me asomo;
me cai
go.


Se cae elpozo;
bajo por;
desciendo;
des-ciendo.


¿estoy des-siendo?


A-siendo;
haciendo tu muerte
en mis manos.
Te abrazo entre muertes.


nuestros brazos
mientras nos abrazan.


¿Quién nos abraza mientras te abrazo? 
No me importa:
yo te abrazo. 


m n m 

jueves, 11 de abril de 2013

Dio a luz


Salgo de adentro mío como expulsada por mano mayor que expulsa con fuerza de expulsión. Salgo y me veo, a mí misma, desde afuera. Me sumerjo en la vorágine de líneas curvas que van y vienen entrelazando miradas desorbitadas. Boca abierta vena en mano.

Salí y pude verlo perfectamente. Porque me gustan los humanos (los humanos no son máquinas). Vi, por vez primera, este espacio negro –a veces vacío–: es hondo y gelatinoso. Frecuentemente entierro mi mano hasta no saber qué es una mano y creo ver sin los ojos.

Cada algunos días (no sé cuáles, no sé cuántos) escucho gritos de niños brotando de mis oídos raídos,

llantos desesperados y sin escrúpulos:
                                                                             
                                                            ellos también salieron recién, y se ven desde afuera. 



m n m 

miércoles, 10 de abril de 2013

Turbulencia


Talón piso taco asfalto fuerza de gravedad, ruido paso. La pierna se adelanta a la otra, luchan van vienen gana logra pasa se adelanta: otro paso. Otro talón otro piso otro taco otro asfalto. Es tan fácil oírlo como no oírlo.
Las pisadas se pierden en el ruido del viento que surge de la nada en el aire helado, y atraviesa todo ser y toda materia y toda vida.

Viento: hermosa muerte torrentosa que anhelo desde siempre.

Siento paisaje urbano surgiendo de mi piel y hablando a gritos a través de estos poros que lo expulsan con agresividad. Entonces arranco mi piel a pedazos mientras las palabras sangran en mi boca. Abajo la carne escupe ese líquido exquisito y absorbe la urbanidad del humano errante. De humano mata humano.
Dos rostros emergen de las venas de mis manos y me miran. Me miran me miran me miran y gritan. Luego abren extremadamente grande sus ojos espantosos que parecen comerme. Desaparecen. Se van y me dejan en carne viva, manando sangre, manando rostros, manando urbanidad.


Llegó el viento, tan feroz como lo es allá afuera.


m n m 

Si el soplo fuera hacia adentro


Yo nada.
Hoy me miré en el espejo –él hablaba mientras yo lo miraba–. Miré el espejo.
El vaso en el centro del hierro de la mesa que tiene una luz azul por dentro, (sin ser por fuera), y me tiene a mí cuadrada para redonda.
Pero el espejo quería mirarse y antes de cambiar de lugar, (yo espejo-él trozo de carne), me dijo que sería algo tan verde que hasta podría volverse amarillo. Mientras, yo nada. La nada y yo en la mesa (tan cuadrada y redonda).

Entré al espacio tajante sin sangrar y caí por el abismo. Un abismo tan interminable como el vacío (o la nada), hasta que una mano me detuvo. La mano de un tubo me detuvo.
Figura de carne rosada con cinco puntas: campo semántico de interpretaciones oblicuas en el centro del nudo del desorden mental.

Caí y me sumergí en una laguna mucosa de espectros negros y le dije:
¿te conté que me tomé un té con té?

Hoy el espejo se miró en una persona –ella hablaba mientras él la miraba–. Miró la persona (yo té conté).



m n m 

lunes, 8 de abril de 2013

Me gusta cuando volás


Puedo ver como el control se va de mis manos
(basta de explicarte
y asfixiarte).


Te veo libre, suelto,
de color, vuelto en el tiempo,
salvaje.
Así debés estar
(y mi palabra aún en tus oídos).


Somos más lindos sin presiones
(soy más linda sin mi consciencia intensa e impulsiva).
(este es mi perdón)
Las cosas buenas, siempre corren entre olas.


m n m 

domingo, 7 de abril de 2013

Carne arde adentro


Dentro del centro del cuerpo
hay un hueco (bien cavado, bien profundo)
que me suprime
que me extirpa
que me succiona.


Dentro de lo negro y de lo muerto
se desvanece la fuerza,
la postura,
la respiración,
la mente,
la sangre,
los gritos,
la desesperación,
la súplica.
El golpe. El eterno golpe.


Entonces me caigo.
Bien profundo, desciendo hasta no saber
quién soy (nunca lo supe),
o qué es un ojo,
o qué es (qué hace) este dolor
extrayéndome las partes de mi cuerpo
y triturándome el alma.


El dolor también tiene forma
(tiene la cosa cuadrada de todas las formas
y tiene el humo que recubre toda vida).

La catástrofe se hunde vertiginosamente
y sin escrúpulos: me lleva.
Me lleva.


m n m 

sábado, 6 de abril de 2013



c'est fini le lumière





soliloquio

miércoles, 3 de abril de 2013

Lo que digo al decir


Cuando miro por aquel agujero tan pequeño, no puedo imaginar el soplo de aire que se avecina. Entonces, siempre estalla y me pega (y me pega), inundándome de significados que aplastan mi cráneo.
Es tan pequeño el agujero (tan negro), que la nube sale despedida con una fuerza magnífica que no puedo controlar ni dividir. No puedo tomar de ella los trozos que necesito para poder expresarme con palabras.
Porque nunca alcanzan: esas cosaS. Esas cosaS que pretenden hablar de mí, e incluso ha-(c)serme una cosA. No puedo utilizarlas con comodidad sin pensar

que estoy abandonando otras,

que lo que pienso no siempre es lo que digo,

y que lo que digo no siempre es lo que se interpreta.

Entonces, al seleccionarlas (con miedo) en mi mente e intentar largarlas por el agujero (y que golpeen mi cara desde adentro-afuera), ellas cambian de tamaño. Se agrandan y se encojen, modifican sus facciones, y alteran la textura de la piel para que pueda temerles más. Temerlesconterror.

Pero, sin que pueda darme cuenta, de un momento a otro salen al exterior (el agujero escupe); casi todo el tiempo se deciden autónomas y me sentencian al hablar u existir.

Después de todo, gracias a ellas puedo dibujar líneas (a veces curvas-a veces rectas), y balancearme sobre su lomo como una equilibrista: qué otra naturalidad podría exigir.


m n m 

martes, 2 de abril de 2013

Entre (a)brazos


Qué redondo es.
Puedo tocarlo con los dedos
al acercarme.
Es tan suave que cambia de color
sin mirarse.


Tan redondo es.


Se encoje hacia
el centro de sí mismo,
y desde ahí
se escucha ser.


Sin que dé la vuelta,
me retiene,
y todo dice al callar.


Es tan dulce siendo.


En su ventana
dibuja un poema,
lo mira,
lo saluda,
y lo piensa.
Lo duele.


Da la vuelta
y con su pecho
me rodea de todo el arte
que el silencio puede dar.


Me lleva hacia adentro.
No es fácil comprender
cuántos mundos pueden caber
entre dos cuerpos,
y dos almas.


Al salir, una siempre quiere volver.
Es tan dulce siendo, y doliendo.


m n m 

Del doblarse hacia adentro


Esclavitud de no actuar,
inmovilizando el rostro
para poder movilizar la mano.


Escupir (la) ausencia inmediata
de un futuro.
Un presente. Un pasado.


Sacudir los clavos de mis errores,
de mis caídas,
(todas causadas por mi culpabilidad
infinita de tenerme y decidirme).


La denuncia a mi propia sombra
que me mira desde adentro.
Me mira y tiembla.
Tiembla implícitamente para independizarse
y poder reír y poder besarte.
Tiembla vertiendo y muriendo,
porque sola. 


m n m 

Del anterior


Al sacar la mano de mi brazo
puedo separar los dedos
sin dificultad.


Los muevo con lentitud y dibujo
ondas de presencia aguda en el espacio:
carne de reconocimiento en mi materia.


Los acerco a tu mejilla con cuidado;
hoy te odio
más-que-nunca.


Rozo tu piel y encuentro
mi otra mano.
Diez dedos te entierran
entre círculos de cemento y plástico.
Círculos más círculos que los tuyos verdes.


Te despedazo con delicadeza
para jamás olvidar
que ya habías sido olvidado.


m n m 

lunes, 1 de abril de 2013

Superposición en planos circenses


Tirada a la basura: la circunferencia de plástico
que recubre tu cuerpo.
Mientras se acercan tres mulas consumidas por el sol.
Desde allá, tus piernas corren solas
e independientes.


Cómo quisieras ser


En ese paisaje lírico,
siento la utopía de tus ojos deambulando
en el centro de una lágrima
que se derriba, por el peso de la mediocridad humana.


Y la savia del árbol que nunca nació
escupiendo litros de elocuencias.
Impotente por el rompimiento
de alguna raíz que se exprime de manera inductiva.


Cómo saber si es posible que aquellos peces.
Cómo saber si poder meter dedo en ojo verde.
Enorme –ojo verde– líquido.
Cómo saber si sabés que yo.


Entonces, encuentro la frescura
que excreta algún momento azul de tu contacto
entre las olas salvajes.


Entonces sonrío (¿cómo saber que es cierto que sonrío?),
sumergida en aquellos espacios acuáticos
de belleza amorfa.
Entonces encuentro el secreto del universo:
dos algas circulares (redondas), verdes, extremas, profundas.



m n m 

Desenlace


Estoy tan sola
y tan desnuda
entre las garras
del universo.


Estoy tan muerta
entre los cuerpos
y las carnes, que chorrean
la sangre de vivir.


Estoy tan blanda,
tan frágil,
tan cristalina
entre los huracanes
de mantenerse en pie
y caminar
y caminar
y caminar
sin poder frenar para morir.


Estoy tan agobiada
tan agujereada
tan estampada
por los gigantes
que me despedazan
en el centro de esta tortura desconocida.


Estoy tan abandonada
en un sistema
de privaciones
de cortes
de humanos.


Estoy tan agonizante,
que me comunico entre susurros
con la muerte.


Todas las noches,
ella entra en mi cuarto,
practica el filo en las paredes,
y cuenta las horas para el desenlace.


Hoy, después de tanto tiempo,
sólo restan dos.
Una me llevó escribir las últimas líneas.
La otra hora, dibujaré mi rostro
en el vidrio empañado de la ventana.


La muerte se acerca
y debo estar lista.

m n m 

Cáncer


Tiene furia propia
cuando toma el centro
de mi pecho,
                         encierra su puño,
y aprieta, ahorca, estruja mi carne.


Tiene vida y tiene muerte,
tiene mis labios secos
de tanto
asfixiarse,
y tiene un mar, sinuoso y tenaz,
de líquido derramado.


Tiene un agujero negro
que me absorbe
o me chupa
con fuerza centrífuga.


Tiene imágenes perdidas
en algún rincón del universo,
–si es que somos ciertos
el universo y yo–.


Tiene momentos que no fueron,
recuerdos inventados,
sonrisas creadas y construidas
entre la nada y la mentira.


Tiene la pérdida del ser
que jamás conocí ni conoceré,
dueña de la voz implícita que me habla
al oído dulcemente, y me abraza
cuando desaparezco.


Tiene aquel abismo,
el mismo de la lluvia
                   –cae hacia abajo–,
que significa no tenerte nunca
y perderte día a día,
siempre por primera vez.


Tiene los ojos podridos
y la risa satánica
de la enfermedad de la muerte,
que camina de costado.


Tiene el instante
final
y el blanco entre tus dedos.


Tiene la injusticia
de haberte arrancado de mí
(de nosotros)
mientras te abrazábamos
con el cuerpo y con el alma.


Tiene la mitad de mi vida
destrozada e inmovilizada
(para siempre) entre sus manos.


Tiene una falta infinita.


m n m 

Que corre entre la sangre y la piel


Quiero llorar este dolor eterno
que circula bajo mi piel
(y la desgarra lentamente).


Quiero llorar
y derramarme
en la insuficiencia
de mi percepción humana.


Quiero llorar
y entregarme al líquido
de un suicidio amenazante
y definitivo.


Quiero llorar
de no-pertenencia
(y-ensangrentarme
y-abrazarme
a mi soledad fiel).


Quiero llorar
de pérdida,
propia y ajena,
                           –y detenerme entre las cuchillas
                            de la existencia vana,
                            de la humanidad inútil
                            que me asesina día a día–.


Quiero llorar
la delgadez que persigue a mi cuerpo.
Y tirarme,
y aplastarme,
y acribillarme
entre el centro de mis ojos
y la nostalgia.


Quiero llorar
en todas las direcciones
de mi amplitud.


Quiero llorar
(enterrarme)
bajo el odio a mi circunferencia;
y crujir, para siempre,
en ruidos
en quiebres
en muertes
irrevocables.


m n m 

Aparición


Mientras busco el blanco en mis ojos,
degusto el pardo en los tuyos.
Azul cielo el de tu oxígeno
cuando recorre mi silueta.


Verde pino tu perfume
cuando atraviesa el sueño,
y rojo sangre el sabor
que tu abrazo imprime en mi pecho.


Lilas, tus lágrimas,
se deslizan sobre mi palma
encontrando la felicidad de un escondite.
O acercándose al declive.


Anaranjados los canales,
que nos unen la mirada,
y armónicos comunican
un camino hacia lo inmenso.
Hacia un comienzo.


No recuerdo la fecha,
no persigo el porqué,
no comprendo las luces,
no atosigo el final.


Surgiendo tú figura,
bajo aquella mesa,
terrosa en tu iris,
y blanca en la túnica.


Decidiste aquel día volver
y así reafirmarte, para siempre,
                                              en mí.
                                                                     
                                                               .Madre.


m n m