sábado, 23 de marzo de 2013


Descentralización 


Me tengo en frente. Completamente igual. Dos ojos. Una nariz. Una boca. Me tengo en frente


Esa sensación subterránea de encontrarme,
de verme y saber que soy,
que tengo un cuerpo (que es mío),
que fui un feto y que hoy la enormidad me habita.


Se parece a ver un fantasma:
          ‘el espectro esperaba dentro mío para salir y beber la sangre’.
Contemplé el alrededor de las aureolas en mis ojos,
olí la miel de una piel tan joven (blancatiesa),
y supe, sin debates, que se puede crecer y decrecer.


              uno puede mirarse
puede pensarse
             puede soñarse y dolerse.
pero uno no puede (nunca puede)
              existirse.


 m n m 

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